El Producto Interno Bruto (PIB) del país no registró variación en términos reales durante el segundo trimestre del año, de esta forma, el indicador sufrió un ajuste a la baja de 0.1 por ciento respecto a la cifra divulgada en la estimación oportuna del pasado 31 de julio, reveló este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Esta cifra se ubicó ligeramente por debajo del 0.1 por ciento estimado por el consenso de analistas consultados por Bloomberg.
Durante el último año, las diferencias entre las cifras oportunas y revisadas del PIB han sido muy pequeñas.
La variación trimestral del periodo de enero a marzo de 2019 no reveló ningún cambio entre la divulgación de las cifras oportunas y las revisadas, mientras que las del segundo, tercero y cuarto trimestre de 2018 fueron ajustadas a la baja, en 0.1 por ciento con base en cifras ajustadas por estacionalidad.
De acuerdo con el órgano estadístico, el sector servicios, principal motor de la actividad económica que aporta más del 60 por ciento del PIB, fue el ‘salva vidas’ de la economía mexicana al reportar un avance de 0.2 por ciento respecto al trimestre inmediato anterior.
Once de los 16 componentes que integran a las actividades terciarias pisaron terreno positivo durante el periodo de abril a junio del presente año.
Las cifras desagregadas revelaron que el rubro “otros servicios excepto actividades gubernamentales” (hogares con sirvientas, mayordomos, camareras y reparación y mantenimiento de diversos rubros), fue el componente de mayor crecimiento durante el trimestre, con un 2.9 por ciento.
El comercio minorista reflejó su mayor crecimiento en cinco trimestres, al registrar una variación de 1.7 por ciento, mientras que los servicios de salud y de asistencia social reflejaron un avance 0.7 por ciento respecto al trimestre previo.
El gran perdedor del periodo fue el componente que mide los servicios profesionales, científicos y técnicos, al presentar una contracción de 3.3 por ciento, su primera caída desde el tercer trimestre de 2017.
Por otra parte, las actividades secundarias (aquellas que engloban las actividades industriales y manufactureras del país y que contribuyen con poco más del 30 por ciento del PIB) reflejaron un retroceso de 0.2 por ciento durante el trimestre.
Este sector fue el ‘culpable’ de que el PIB fuera ajustado a la baja, ya que durante la estimación oportuna, se había observado un crecimiento nulo respecto al trimestre precedente.
Este tipo de actividades no han logrado salir del ‘bache’ en el que se encuentran, ya que durante vienen de registrar dos contracciones consecutivas, específicamente de 0.5 por ciento en el primer trimestre del presente año y de 1.2 por ciento en el cuarto trimestre de 2018.
El rubro de la construcción reportó su mayor caída en tres años y medio, con una contracción de 2.9 por ciento, mientras que la minería continuó su racha negativa de tres años de descensos, al registrar un retroceso de 1.1 por ciento entre abril y junio.
Para José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), el mal momento que vive el sector se debe a la falta de una política industrial en México.
Respecto a las actividades primarias (aquellas vinculadas con el campo y que aportan alrededor de 8 puntos porcentuales del PIB) se observó un retroceso de 3.4 por ciento respecto al primer trimestre del año, lo que significó su mayor caída desde el cuarto trimestre de 2011.
Jesuswaldo Martínez, investigador del Instituto Belisario Domínguez, consideró que las cifras divulgadas por el INEGI han mostrado señales de que la situación económica no marcha bien.
“Hay diversas señales que nos indican estancamiento económico, como el superávit que ha venido mostrando la balanza comercial, ya que representa una pérdida de crecimiento en la inversión y en el consumo”.
Además, el investigador del Belisario Domínguez agregó que la disminución de más de 14 mil empleos formales registrados ante el IMSS durante el mes de junio y la inactividad del sector de la construcción, son reflejó de un menor dinamismo de la actividad productiva del país.
En la variación anual, el PIB mostró un crecimiento de 0.3 por ciento, mientras que de manera particular, las actividades primarias avanzaron 1.7 por ciento, las secundarias cayeron 1.7 por ciento y las terciarias crecieron 1 por ciento.