Mel Brooks lo volvió a hacer, después de haber batido todos los récords de los premios Tony de 2001, al ganar 12 galardones con su obra maestra «The Producers» (incluido mejor musical), el guionista y actor estadounidense volvió a retomar uno de sus éxitos cinematográficos, para convertirlo en un musical de gran formato: Young Frankenstein.
A pesar de que la obra no ha tenido un éxito similar a The Producers tanto en Broadway como a nivel mundial, el productor mexicano Alejandro Gou decidió apostar por estrenar este proyecto en el Teatro Aldama de la Ciudad de México, pero con un par de ases bajo la manga: Los Mascabrothers.

Sin el talento actoral y creativo de Freddy y Germán Ortega, ésta obra jamás se podría representar con éxito en escenarios mexicanos, pues existen obras donde los protagonistas tienen tanto peso, que pueden, incluso, opacar el título de la obra, por mencionar sólo un ejemplo, Los Locos Addams no podrían haber acariciado las mieles del éxito taquillero en México, sin Susana Zabaleta como Morticia.
Aunque el humor ácido e inteligente de Mel Brooks es único y exquisito, el trabajo de tropicalizar el guión para el público mexicano, ha sido todo un gran acierto. Pocas producciones pueden presumir esto, pues hay montajes teatrales a los que, simplemente, no se les puede meter mano, pues además de que se estarían infringiendo estipulaciones en la licencia, se corre el riesgo de prostituir la trama, basta recordar las pésimas adaptaciones que se hicieron en el musical Rent de 1999 (Ocesa Teatro), donde sin ningún temor a Dios se exclamaban palabras como: wey, chingón, cabrón en un contexto neoyorkino.
El Joven Frankenstein México, combina a la perfección lo mejor del teatro musical de gran formato y el teatro de carpa, pues la obra cuenta con una gran producción escenográfica, traída directamente de Broadway y además inserta pequeños gags sobre acontecimientos actuales de la sociedad mexicana. Durante una escena, El Dr. Frederick Frankenstein (Freddy Ortega) hace alusión a un libro de economía escrito por la gran economista mexicana, Andrea Legarreta, el público no paraba de reír.
Además, debemos aplaudir que Los Mascabrothers hacen un papel muy digno en las áreas donde se podría pensar, no son su fuerte, pues tanto el canto como el baile (sobre todo tap) lo realizan con gran profesionalismo y calidad, en ningún momento desmerecen ante grandes actrices el género como Anahí Allué (que interpreta a Frau Blücher) o el primer actor, Gerardo González (en el papel de Monstruo).
La obra narra la historia de un prestigiado académico, el Dr. Frederick Frankenstein, quien al recibir la noticia de la muerte de su abuelo, el famoso Dr. Frankenstein, decide viajar a Transylvania para terminar su trabajo: darle vida a un muerto.

No podría terminar este texto sin darle un aplauso de pie al excelente diseño de iluminación realizado por Jason Kantrowitz, y como no hay nada mejor para justificar ésta mención honorífica que un ejemplo, puedo recomendarle que se deje llevar por la magia que desprende el número «Life, life», en el cual el Dr. Frederick Frankenstein revive a «Monstruo«, los efectos y la atmósfera que aporta la iluminación son de proporciones bíblicas, se va a emocionar mucho (yo no logro olvidar esa escena, fue mi favorita del musical).
A veces, adaptar demasiado una obra de teatro para un público local puede destruir la esencia de la obra, pero a mi parecer, El Joven Frankenstein lo hace de manera eficaz, pues cabe destacar que el humor «alburero» de la obra viene de nacimiento, pues Mel Brooks escribió así el libreto original (se hacen menciones de «miembros masculinos gigantes» sin ser grotescos), por lo que la obra bien podría ser vista por toda la familia.
Funciones: Jueves: 20:00 horas, viernes: 19:00 y 21:30 horas, sábados: 18:00 y 20:30 horas y domingos: 17:00 y 19:30 horas.
Teatro Aldama: Rosas Moreno 71, Col. San Rafael CP 06470, Cuauhtémoc, Ciudad de México.
Boletos: $400, $500, $700, $850, $950, $1,000 y $1,100.