Como ya lo había mencionado con anterioridad, decidí darle un giro al sitio web de Escenario Económico, por lo que ahora me enfocaré en escribir e investigar sobre temas relacionados con la economía del arte.
Además de que es una subdisciplina de la economía poco valorada por economistas, también es un área de investigación con poca literatura especializada al respecto, así que me considero muy afortunado de haber encontrado en una librería del centro de mi ciudad (y por pura casualidad) el libro: “La economía del arte” de Cristina Rascón Castro.
Este material forma parte de la colección que publica la editorial Nostra: Para entender, en la que las personas que estamos interesadas en temas económicos y culturales podemos encontrar publicaciones sencillas de digerir, como la edición dedicada al Banco de México, escrita por el Dr. Jonathan Heath o la enfocada en La diversidad cultural y la autonomía en México, desarrollada por Héctor Díaz-Polanco.
Respecto a la autora del libro, hay muchísimas cosas que decir, pues Cristina Rascón Castro ha viajado por lugares tan distintos entre sí como lo son Austria, Brasil, China o Japón, ya que además de ser economista por el ITESM Campus Monterrey, también se desempeña como escritora y traductora de poesía japonesa. Su perfil académico y profesional nos muestra de inmediato su sensibilidad al arte, pero sin dejar de lado su visión crítica a la economía.

El libro de divulgación de la autora abarca de una manera muy sencilla y clara infinidad de términos sobre la economía del arte, a la que te introduce con la siguiente definición: “Es una subdisciplina de la economía moderna que identifica y analiza el comportamiento de productores y consumidores de obras y de manifestaciones artísticas, tomando en cuenta tanto valores económicos como valores culturales” (Rascón, 2009).
Para la autora es importante introducirte al tema fijando o sugiriendo el objeto de estudio de esta subdisciplina y respondiendo preguntas como: ¿qué significa la economía del arte para un economista? o ¿porqué y para quién es importante saber todo esto?
Es justo aquí donde nos damos cuenta de su impacto, por que aunque existen pocos indicadores económicos que recopilen datos sobre esta área de estudio, la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) considera a la creatividad, al conocimiento y al acceso a la información, como potentes motores de crecimiento económico.

A lo largo de las 91 páginas del libro, el lector podrá tener un primer acercamiento a diversos temas relacionados con la economía del arte, por ejemplo, el capítulo dos se enfoca en la oferta y la demanda por el arte, en la que se tratan de responder preguntas como: ¿qué es un bien económico?, ¿porqué debemos conocer los fallos del mercado? y ¿cuál es el rol que debe asumir el Estado en la producción artística y el patrimonio cultural? Entre muchas otras interrogantes interesantes.
Además de esto, la autora le dedica el capítulo tres del libro a todas las disciplinas del arte que son dignos casos de estudio, como lo son la pintura, la escultura, la danza, la ópera, los conciertos de música, la literatura y el que más me llamó la atención para poder realizar mi tesis: el teatro.

Finalmente, se incluye un glosario con términos económicos para todo aquel lector al que le sean ajenos los conceptos que se mencionan durante el libro, y como un plus, la autora propone algunas líneas de investigación para que con el paso del tiempo, los economistas y todo aquel interesado en la economía del arte, puedan contribuir al engrandecimiento de esta subdisciplina.