“La misma mesita que nos ha visto amarrar las manos por debajo, cuida que el rincón de siempre permanezca reservado”, porque sin ti nada de esto hubiera pasado… SCTM.
Como muchos de ustedes saben, durante el último año decidí estudiar una especialidad en economía monetaria y financiera en la UNAM, lugar que, literalmente, ha sido mi casa durante los últimos siete años.
Aunque en un principio, el objetivo principal de la especialidad era titularme de la carrera de economía, (ya que es una opción que te ofrece la Universidad para obtener el título de grado), decidí no quedarme con las ganas de estudiar la especialidad completa.
Debo admitir que fue un año muy complicado, ya que tuve que combinar mi trabajo en El Financiero con la especialidad, por lo que mis días de lunes a sábado estaban muy apretados, pero creo que muy en el fondo, el resultado fue satisfactorio, aunque no tanto como lo hubiera deseado.
Vayamos por partes, si mi vida durante el último año hubiera sido una serie de televisión, se habría dividido en cuatro temporadas.
La primera temporada, fue la que abarcó el examen de admisión para la especialidad. La verdad, es que el examen no estuvo fácil pero tampoco fue muy complicado, con que no hayas pasado de noche la mayoría de las materias de la carrera, ya estás del otro lado.
La verdad es que aunque las nueve especialidades que ofrece la Facultad de Economía de la UNAM tienen su “público objetivo”, ninguna se compara (en demanda) con la de Economía Monetaria y Financiera.
Una vez pasado el periodo de entrevistas y de papeleo, ya únicamente faltaba esperar el “mágico” correo electrónico que te aceptaba en el programa.
Pasaban y pasaban los días y le preguntaba a Dios, ¿en que fallé Diosito?, ¿porqué no me llaman?, hasta que una noche lluviosa (así tal cual), recibí en mi bandeja entrada el correo que me decía que había sido aceptado.
En ese momento me di cuenta de que el próximo año sería muy pesado, pero pues YOLO, escuché la canción de Mónica Naranjo “Solo se vive una vez”, y me preparé psicológicamente para lo que vendría.
Si quieres saber todo lo que pide la especialidad de la UNAM para estudiar en sus aulas, no dudes en visitar este link, aunque ya se pasaron las fechas para este año, pero podrías intentarlo para el siguiente.
La segunda temporada inició un domingo antes de que iniciaran las clases en la MÁGICA Comercial Mexicana que está por mi casa.
Justo ahí, en medio de la sección de salchichonería y electrónica, decidí comprar cuadernos, plumas, hojas, folders, engrapadoras y muchas cositas para iniciar “como Dios manda” la especialidad. Sentí maripositas juguetonas en mi estómago (es que me cayeron muy mal unas enfrijoladas que me ‘chuté’ en la tarde).
El primer día de clases me sorprendió la gran cantidad de alumnos que había inscritos, tanto así, que el salón de clases estaba repleto, si llegabas tarde ya no alcanzabas lugar. Éramos como 45 o 50 alumnos, la verdad es que no me acuerdo del número exacto, pero si éramos un buen.
Y aquí inicia lo bueno, los párrafos donde hablo de mis compañeros y de mis maestros.
En primer lugar, me dio mucho gusto encontrarme con ex compañeros de la licenciatura, así que eso me permitió sentirme más en confianza.
Nunca he sido una persona tóxica, así que con todos los compañeros con los que llegue a estudiar durante la carrera, me llevaba bien, tanto así, que hasta formamos equipo para las clases.
En especial, debo agradecerle mucho a los “Tigres de Papel” (Dianita, Jairo y Alexis), ya que me ayudaron demasiado durante mi estancia académica, sin ellos, nada de esto se hubiera podido conseguir.
Conocí muchas personas nuevas durante este año, aunque hubo compañeros con los que no conviví tanto, hubo otros que sí.

Entre los más destacados tengo que ubicar a Sol, una chica super inteligente (van a ver que será la próxima Gobernadora del Banco Central de Bolivia, me canso ganso), con la que hice clic de inmediato, siempre me apoyó con tareas, me apartaba lugar, me contaba chistes y me trajo una llama de sal desde Bolivia, en fin, fue una gran compañera y amiga, tanto así, que ella y su novio Gabriel, me acompañaron a la boda de mi hermano, son unos tipazos.
Aunque no fui tan sociable como hubiera querido, (ya que los fines de semana solo quería llegar a dormirme a mi casa), pude convivir con muy buenas personas, como Edgar (tu síguele echando ganas, bro), Laura (Persa), Mónica (tortas de tamal y esquites), Jesús (¿Ya se armó?), Yadira (gran mujer), Adalberto (Sonora), Juan (experto en stickers), en fin… no puedo mencionar a todos, siempre que salimos a pasar el rato, la pasé muy bien.
Lamentablemente, al terminar el primer semestre, la mitad de los compañeros fueron exterminados por el implacable guante del infinito del Dr. Hugo Contreras, por lo que a mucha gente que aprecié mucho, la tuve que dejar de ver.
La tercera temporada inició con el segundo semestre, ya solo permanecíamos con vida unos 20 alumnos, por lo que el ánimo del salón bajó un poquito.
Tengo que aceptar que una vez iniciado el semestre, cuando se salieron ciertas personas… la magia de la especialidad se esfumó. Especialmente una persona que es muy inteligente, bonita por dentro y por fuera, pero que tuvo que abandonar porque su trabajo ya no le permitía seguir, jajaja creo que siempre será mi crush económico, pero en fin, el semestre tenía que continuar.
Y justamente aquí inicia la cuarta temporada, en la que trataré de englobar lo académico y como terminó todo esto.
Durante mi estancia en el programa tuve la fortuna de contar con profesores muy buenos, todos ellos expertos en sus áreas, pero tengo que admitir que la especialidad es sumamente árida.
Me explico.
Las materias enfocadas en política monetaria me parecieron muy interesantes, ya que se prestaban al debate y a leer diversos materiales de Bancos Centrales o de literatura económica.
En contraste, las materias del área financiera nunca lograron llamar mi atención, ya que eran sumamente técnicas, por lo que únicamente las aprovechaban al cien por ciento los compañeros que trabajaban en bancos o que ya tenían experiencia en el medio.
Entre los profesores más destacados puedo señalar al profesor Javier Galán (Coordinador de la especialidad), ya que sus clases siempre fueron muy dinámicas, e incluso, debatíamos noticias. Tuve la oportunidad de entrevistarlo para El Financiero, y siempre sentí su apoyo y comprensión. Un tipazo de profesor.
Por otra parte, destaco a los profesores Hugo Contreras y David Fonseca. Ambos son unos eruditos en sus materias, pero tienen formas muy inusuales de dar clases.
Estoy seguro de que si México algún día gana un premio Nobel en economía, tendrían que contemplar el trabajo del Dr. Contreras (al que también pude entrevistar), ya que sus conocimientos son inmensos, me encantaba ver como utilizaba publicidad de las que dan en Soriana o Wal-Mart, y las usaba como folders para guardar apuntes o copias.

A su vez, el profesor Fonseca sembró en mi la espinita de estar todo el día enterado de todo, sin lugar a duda fue lo que más me ayudó en mi carrera como periodista.
Del resto de los profesores tengo sentimientos encontrados, y aunque de todos aprendí algo, tengo que admitir que en boca cerrada, no entran moscas.
Lamentablemente, las últimas semanas de la especialidad fueron un suplicio, la carga laboral y la desidia de algunos profesores, derivó en que el final del semestre fuera sumamente pesado, aburrido y tedioso.
Aun así, me llevo lo bueno. A pesar de que pude haber abandonado la especialidad durante el primer semestre (una vez titulado), decidí continuar y llegué a varias conclusiones.
Nunca le dediques demasiado tiempo a lo que no te apasiona, yo no sabía bien que era la política monetaria y financiera, y estudiar esta especialidad me sirvió para saber que lo financiero no es lo mío, no me apasiona ni me llama la atención, pero ya sé de que se trata y eso es bueno.
Nunca olvides que el descanso y tiempo libre son vitales para una vida feliz, a pesar de que siempre hay que mantenerse actualizados, el estudio no lo es todo en la vida, también hay que salir a despejarse, tantos números y economía terminan por abrumarte, sigo pensando que a la especialidad le sobran las materias denominadas como ‘taller’ y que serían más efectivas sin esas materias.
Nunca confíes en personas que te dan mala espina, durante este año, conocí personas que no me inspiraban confianza, y al final del camino… tuve razón, como diría Selena Gomez:
-Te defendí de muchos comentarios, discutí con personas que me comentaban rumores de ti, y al final, resultaste la basura que ellos advertían. (Ni una palabra más).
Aún así, fue un año genial y ahora…
¡A lo que sigue!