La inflación de marzo sorprendió y ‘pisó el acelerador’ rumbo al objetivo fijado por el Banco de México de 3 por ciento (con un margen de más/menos uno por ciento).
El Índice Nacional de Precios al consumidor (INPC) reportó una variación de 5.04 por ciento a tasa anual, cifra por debajo de lo estimado por economistas consultados por Bloomberg (5.11 por ciento), lo que confirmó la trayectoria a la baja que se ha venido observando durante los primeros dos meses del año, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La inflación de marzo registró su nivel más bajo en 13 meses, cuyo pico fue alcanzado durante el pasado mes de diciembre, cuando el aumento generalizado de precios se ubicó en 6.77 por ciento, su nivel más alto en 17 años.
Aunque el descenso de precios era ampliamente esperado, ya que fue producto de la alta base de comparación anual (derivado de los ‘gasolinazos que acontecieron durante el mes de enero de 2017), el camino hacia el objetivo puntual de inflación de Banxico se va consolidando, comentó Citigroup en un reporte.
Aún así, las estimaciones del Banxico prevén alcanzar la meta inflacionaria hasta el primer trimestre de 2019.

La inflación del tercer mes de 2018 se explicó por las presiones que presentaron los precios de otros servicios, principalmente en los servicios turísticos (derivados de las vacaciones de Semana Santa).
Los servicios turísticos en paquete mostraron un incremento anual de 11.29 por ciento, mientras que el transporte aéreo reflejó un aumento de 9.39 por ciento y los restaurantes y similares hicieron lo propio en 0.39 por ciento anual.
En contraste, la disminución de precios de algunas frutas y verduras ayudaron a que la inflación no se viera tan afectada por dichos efectos estacionales, y a la vez, los productos agropecuarios mostraron su nivel más bajo en 10 meses, al registrar un aumento de 7.74 por ciento durante marzo.
Los productos que reflejaron las disminuciones de precios más altas fueron el chayote (-29.35 por ciento), los nopales (-27.32 por ciento), la calabacita (-13.72 por ciento) y la cebolla (-10.46 por ciento), lo que ayudo a ‘suavizar’ los incrementos que mostraron el jitomate y el limón.
De manera desagregada, el componente subyacente del índice (el cual contempla sólo el desempeño de los bienes y servicios de consumo, eliminando la volatilidad de los precios de agropecuarios y las tarifas predeterminadas como las de energéticos y transporte), llegó a 4.02 por ciento a tasa anual.
A su vez, el componente no subyacente, que comprende los precios de bienes y servicios que son influenciados por factores externos como el clima o los mercados internacionales, tuvo una variación a tasa anual de 8.03 por ciento.
Los precios de los energéticos mostraron un incremento mensual de 0.29 por ciento, impulsados por el aumento de 1.39 por ciento de la gasolina magna y por el incremento de 0.75 por ciento de la electricidad, aunque la balanza se ‘equilibro’ con la disminución de 3.62 por ciento del gas L.P.
“En los próximos meses seguiremos atentos al comportamiento de los precios de los energéticos, considerando el posible incremento que puedan tener las referencias internacionales como resultado de factores estacionales en Estados Unidos, asó como de las frutas y verduras”, dijo Delia Paredes, director ejecutivo de Análisis Económico de Banorte.
El descenso inflacionario, ligeramente más rápido de lo esperado, podría llevar a que el Banco de México deje intacta la tasa de interés durante los anuncios de política monetaria que se realizarán el 12 de abril y el 17 de mayo de 2018, lo que representaría un desacoplamiento de facto con las decisiones que tome la Reserva Federal, dijo Eduardo González, analista de Citibanamex.
*Este artículo aparece primero en El Financiero Bloomberg.