La economía mexicana reportó un crecimiento del 2 por ciento con base a cifras originales durante 2017, este dato representó su peor desempeño en cuatro años, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En 2016 el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) se ubicó en 2.9 por ciento; mientras que en el 2015 la economía creció 3.3 por ciento y en 2014 un 2.8 por ciento, todos los datos con base a cifras originales.
La desaceleración del PIB durante 2017 fue inducida por diversas causas, “El crecimiento fue moderado debido a la combinación de varios factores, sobre todo una baja demanda externa, mayor inflación, el endurecimiento de la política monetaria y un limitado margen de gasto del gobierno, entre otros”, señaló Eduardo González, analista económico de Citibanamex.

Haciendo un recuento de estos factores, el 2017 fue un año muy difícil para los hogares mexicanos, pues a inicios de año la inflación anual ya se encontraba por rebasar el objetivo establecido por el Banco de México (3 por ciento +/- 1).
Para el mes de marzo el índice inflacionario ya registraba 5.35 por ciento y en diciembre cerró en 6.77 por ciento, lo que significó el alza de precios más alto desde mayo del 2001.
Por el lado de la política monetaria, la Junta de Gobierno del Banco de México trató de combatir la inflación manteniendo un tono Hawkish (orientado a elevar las tasas de interés) durante todo el año, iniciando el mes de enero con un 5.75 por ciento y cerrando en diciembre con 7.50 por ciento.
Los servicios fueron el principal impulsor de la economía mexicana durante el año, pues contribuyen con dos terceras partes del Producto Interno Bruto del país.
El crecimiento anual de los servicios se desaceleró durante 2017, registrando una expansión de 3 por ciento, cifra por debajo del 3.8 por ciento reportado en 2016 y del 4.3 por ciento de 2015.
De los 15 sectores que conforman las actividades terciarias, únicamente los servicios profesionales, científicos y técnicos registraron una ligera contracción de 0.1 por ciento anual.
El resto de las actividades obtuvieron crecimientos anuales, destacando el incremento de 7.9 por ciento de los servicios financieros y de seguros y el 6.2 por ciento del sector especializado en información en medios masivos.
La contracción de 1 por ciento del sector industrial también fue un factor importante de la desaceleración del PIB. La caída de las actividades secundarias se puede explicar por la disminución de 9.8 por ciento de la minería y por la variación negativa de 1 por ciento anual en la construcción.
Por otra parte, el sector agropecuario creció 3.3 por ciento durante 2017, de esta forma acumuló seis años consecutivos de crecimiento económico, esto se puede explicar por el alza de precios de diversos commodities.
Durante el primer semestre de 2018, la economía mexicana enfrentará diversos retos que podrían afectar el crecimiento económico.
“El consumo privado se desacelerará marginalmente por los niveles de inflación, pero tal efecto podría resultar compensado parcialmente por una persistente mejoría del mercado laboral. Aun así, el gasto interno continuará siendo uno de los principales motores de crecimiento de la economía mexicana”, dijo Alejandro Cervantes, economista senior de Banorte.
El economista de Banorte también resaltó que se deberá manejar apropiadamente la incertidumbre asociada con la renegociación del Tratado de Libre Comercio como en el proceso electoral que se llevará a cabo el próximo 1° de julio.
“No obstante, es importante recordar que a pesar del moderado crecimiento económico del país, se ha mantenido la solidez de los fundamentales macroeconómicos. Las finanzas públicas han exhibido una mayor estabilidad gracias a los esfuerzos de consolidación fiscal que ha llevado a cabo el Gobierno Federal”, puntualizó Cervantes.