Durante el trimestre de octubre a diciembre de 2018, el Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) presentó una disminución de 1 por ciento a tasa anual, lo que representó su mayor retroceso desde el último tercio de 2013, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De esta forma, la productividad laboral en México registró cinco trimestres consecutivos pisando terreno negativo.
Según la metodología del Inegi, la productividad laboral refleja el vínculo que existe entre el Producto Interno Bruto (PIB) y el número de horas trabajadas.
Cuando el indicador divulgado por el órgano estadístico asciende, significa que la economía del país aumentó por arriba del crecimiento de las horas trabajadas, lo que representa que la productividad de los trabajadores fue mayor y más eficiente.
Por grupos de actividad económica, la productividad laboral presentó caídas en las actividades secundarias y terciarias.
Respecto a las actividades secundarias (minería, construcción e industrias manufactureras), la productividad laboral con base en las horas trabajadas cayó 2.94 por ciento a tasa anualizada, con lo que registró 16 trimestres al hilo de contracciones. Mientras que en los servicios, principal motor económico del país, la productividad retrocedió 0.94 por ciento anual.
En contraste, las actividades primarias del país (agricultura, ganadería, pesca, entre otras), mostraron durante el cierre de 2018 su mayor incremento de productividad en los últimos diez trimestres, al registrar un ascenso de 3.92 por ciento anual.
Comercios minoristas caen en ‘bache’ productivo
Al desagregar la productividad por sectores se observó que la única disminución de la productividad durante el cuarto trimestre se registró en los comercios minoristas, con una caída de 0.4 por ciento anual, aunque las industrias manufactureras se mantuvieron ‘estancadas’, al no presentar ningún incremento ni descenso en su productividad laboral durante el último año.
Por otra parte, los trabajadores de los comercios mayoristas fueron más eficientes en un 1.6 por ciento, seguido de las empresas de servicios (1.4 por ciento) y de las empresas constructoras (1.3 por ciento).
*Este artículo aparece primero en El Financiero Bloomberg.