Malcolm: “¿A qué edad aceptaste que tu vida es un pedazo de basura podrida y siempre lo será?”
Craig: “A los 22, pero no dejes que esto te impida disfrutar cada segundo”.
Breve y contundente escena de uno de mis programas favoritos, Malcolm el de en medio.
Hoy recordé esta escena mientras veía una conferencia de prensa en la que se anunciaron los ciclos económicos de México entre 1980 y 2022. Pero vamos con un poco de contexto antes de entrarle al tema.
Cuando se trata de hablar de economía, finanzas personales o cualquier tema que tenga que ver con dinero, siempre vamos a ser pesimistas, siempre vamos a quejarnos que no nos alcanza o que antes estábamos mejor. Viene en nuestro ADN.
Sin embargo, hay años en los que todo parece fluir mejor para ti y las personas que te rodean.
Hay ‘temporadas’ en las que puedes comer en restaurantes cuando se te antoje, invitarle un ‘refresco’ a tu crush, dar el enganche de un automóvil, hacer el primer pago de una computadora, e, incluso, comprar todas las chucherías que quieras sin que sientas que tu cartera acaba de recibir un balazo afuera de metro Pantitlán.
Pero también hay otras épocas que son oscuras, esas donde rechazas invitaciones de amigos para salir, donde le pones más agua al shampoo, donde te duermes temprano para no tener que cenar porque sientes que no llegas a la siguiente quincena.
Todo esto se puede entender mejor cuando sabemos si la economía de nuestro país se encuentra en un periodo recesivo o en uno expansivo.
Respondiendo a la pregunta de este post, yo nací en 1988, por lo que, de acuerdo con el Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México, me ha tocado vivir cuatro recesiones económicas.
Hay un error muy recurrente en los medios de comunicación donde se suele declarar una recesión económica ‘técnica’ cuando la economía del país registra dos trimestres consecutivos en ‘números rojos’.
Sin embargo, según los especialistas del comité de fechado de ciclos de la economía de México esta lectura es inapropiada, ya que también es importante considerar otros dos criterios, que son la profundidad (que tan fuerte es la caída económica) y la difusión (a que tantos sectores económicos se afectó).
Antes de que yo naciera, hubo dos recesiones económicas, una que va de diciembre de 1981 a junio de 1983 y otra más que aconteció de octubre de 1985 a diciembre de 1986.
A pesar de que el grupo de expertos del comité no dio a conocer detalles de lo que pasaba en esas épocas ‘oscuras’, podemos decir sin miedo, que ambas fueron provocadas, en gran medida, por las decisiones que se tomaron durante el sexenio del ex presidente José López Portillo, presidente de México entre 1976 y 1982.
A grandes rasgos, el presidente que “defendería el peso como un perro” empeñó nuestro país con la promesa de que teníamos muchísimo petróleo, pero una vez que bajaron los precios del ‘oro negro’, la moneda mexicana sufrió una devaluación de 26.88 a 49 pesos por dólares. De pilón, al final del sexenio, López Portillo nacionalizó la banca.
Su sucesor, Miguel de la Madrid, sufrió para sacar la economía adelante, y para colmo, el terremoto de 8.1 grados en septiembre de 1985 puso a la economía mexicana al borde del precipicio.
¿Hubo más razones?, por supuesto, pero estos son, de manera general, los principales factores que afectaron a la economía mexicana antes de que yo naciera.
Cuando llegué al mundo, el 6 de mayo de 1988, me tocó vivir una gran temporada de expansión económica, hasta que llegó el final de sexenio de Carlos Salinas de Gortari e inició el de Ernesto Zedillo, en diciembre de 1994.
De acuerdo con el comité de especialistas hubo una recesión de seis meses entre diciembre de 1994 y mayo de 1995, debido a una crisis financiera denominada popularmente como el ‘error de diciembre’, lo que provocó la crisis financiera internacional llamada ‘efecto tequila’.
Sería increíble profundizar sobre este tema tan emblemático de nuestra economía (y una de las razones por las que decidir estudiar economía) pero lo dejaremos para otra ocasión, ya que todavía nos quedan tres recesiones más por explorar.
En ese entonces, yo me encontraba entrando a la primaria, y debo aceptar que no recuerdo mucho al respecto. Únicamente tengo presente que, en vez de comprar el mandado en un supermercado, íbamos al tianguis de los viernes o, incluso, a la tienda del ISSSTE, siempre en busca de los mejores precios.
Mi segunda recesión sucedió durante la administración del presidente Vicente Fox, entre octubre del 2000 y enero de 2002, es decir, duró 1 año 4 meses.
En esa época, la crisis de las puntocom fue lo que más afectó a la economía estadounidense, y, en consecuencia, a la mexicana, aunque la incertidumbre generada por los atentados del 11 de septiembre de 2001 tampoco ayudó.
Este atentado terrorista fue una de las razones que me impulsaron a estudiar periodismo, todavía me acuerdo cuando recibí la noticia, iba en secundaria y me impactó mucho ver a los aviones estrellándose contra las Torres Gemelas, seguí la cobertura del tema día y noche durante varias semanas.
La siguiente recesión económica que me tocó vivir duró casi un año, y se llevó a cabo entre julio de 2008 y mayo de 2009. El presidente de México de aquel entonces, Felipe Calderón, tuvo que afrontar la Gran Recesión de Estados Unidos (su mayor crisis financiera desde la Gran Depresión de 1930).
El principal culpable de esta crisis fue el estallido de una enorme burbuja inmobiliaria, ya que se observó que los bancos en EU habían extendido hipotecas basura (subprime) a personas que no podían pagarlas.
Para este entonces, yo me encontraba estudiando la preparatoria. Recuerdo que el Gobierno de México no dejaba de argumentar que esta crisis había venido de ‘afuera’ y todavía recuerdo la emblemática frase del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, en la que señaló que México solo sufriría un catarrito tras la sacudida financiera que enfrentaba EU. Resultó ser una pulmonía.
La buena noticia fue que entre junio de 2009 y mayo de 2019 vivimos una fase de expansión económica.
Pero no hay “bien que dure 100 años” y llegó el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con los especialistas del comité, se vivió una recesión económica entre junio de 2019 y mayo de 2020. Duró todo un año.
Las razones fueron varias, pero una de las principales fue la incertidumbre para la inversión privada, ya que en cuanto llegó al poder el presidente López Obrador, canceló la construcción del Aeropuerto de Texcoco, a pesar de haber dicho en campaña que respetaría su construcción.
Hay otros factores que también han contribuido a que este sexenio no se caracterice por impulsar el crecimiento económico (entre ellos, la pandemia del Covid 19), de hecho, si todo continúa como hasta ahora, habrá sido un sexenio perdido en materia de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), pero este tema lo dejamos para después.
Quien sabe que nos depare el futuro, pero si vivo otros 30 años, la lógica indicaría que al menos, me tocará vivir tres recesiones más.
Aprendamos a vivir en los tiempos de bonanza y en los de vacas flacas. Son parte del ciclo de la vida, tal como diría Rafiki, en El Rey León.