El aroma de tacos de carnitas y gorditas de chicharrón prensado que suele inundar la salida del metro Auditorio, cambió de fragancia por unas horas, se podía percibir un olor a fragancia sueca, y no era para menos, el Lunario del Auditorio Nacional, muy bonito pero algo incómodo, recibiría a un rockstar de la academia, a toda una eminencia en el mundo económico: Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, 2001.
El evento fue organizado por un club de la Universidad de Columbia, y aunque hubieron muchas personas que se quedaron sin poder entrar y se quejaron de la logística del evento, era obvio que la presencia de un Nobel en México, llenaría el lugar donde se presentara y más, si el tema a debatir era sobre nuestro villano favorito, Donald Trump.

La conferencia magistral inició tarde, pues distintos medios de comunicación aprovecharon a entrevistar al también autor del libro: Caída Libre, por lo que una media hora después de lo pactado, aparecerían en el estrado Alejandro Osorio y Aurora Adame, representantes de la Universidad de Columbia, para presentar ante a la audiencia a Joseph Stiglitz.
Después de leer el envidiable currículum del invitado, del que sobresale de manera inmediata su premio Nobel obtenido en 2001 por su investigación sobre el screening (técnica para extraer la información privada de otro), Stiglitz tomó la palabra cuestionando el sistema electoral estadounidense.
«¿Cómo gente decente pudo elegir a Trump como su presidente?», seguido de una serie de aplausos de los espectadores, en su mayoría, mexicanos, el propio Stiglitz respondió inmediatamente a su pregunta: «Hillary Clinton tuvo unos 3 millones de votos por encima de Donald Trump, e incluso, con 70 mil votos, la balanza se habría inclinado por la candidata demócrata, pero nuestro sistema electoral es muy peculiar» sentenció.
«La presidencia de Trump no es normal hay que adaptarse a eso, tanto los estadounidenses como el resto del mundo», y no es para menos, pues en tan sólo dos semanas, el presidente Trump ha confirmado la construcción del muro entre la frontera de México y EEUU, insinuando que los mexicanos van a pagarlo, además ha restringido el acceso a terrotorio norteamericano, negando visas.
Dentro de los principales retos que tendrá el gobierno mexicano, el más próximo es el Tratado de Libre Comercio entre EEUU, México y Canadá. «Los Estados Unidos crearon miles de trabajos debido al TLCAN, y todo eso, parece no importarle al actual presidente, el daño que va a recibir la agricultura será muy significativo», enfatizó el también profesor de la Universidad de Columbia.
«Si Trump fuera mi alumno, le explicaría elementos básicos de Comercio Internacional, Estados Unidos es bueno para consumir, pero ahorra poco», sentenció el orador estadounidense tras arrancar una serie de aplausos entre la concurrencia.
Stiglitz recomendó al Gobierno de México que «No hay que sentir paranoia, Trump es hostil con todo el mundo, él disfruta sentarse en la Casa Blanca a firmar órdenes ejecutivas para justificar que está haciendo algo».
Además le recomendó a nuestro país, diversificar sus opciones, y que intensifiquemos el comercio con Europa, América Latina, África y sobretodo con China, pues si las políticas de Trump le quitan influencia al mercado estadounidense, China tomará un papel vital dentro del comercio internacional.
Finalmente, el premio Nobel de economía enlistó los principales desafíos que deberá enfrentar México en los próximos años, entre los que destaca: Reforzar el sistema educativo, Mejorar el sector servicios (México es un ejemplo a nivel mundial en turismo) y sobre todo garantizar justicia y seguridad, pues este problema desata otros como el comercio de drogas entre Estados Unidos y nuestro país.
Stiglitz cerró su conferencia exclamando: «Trump es una desgracia, todo lo que él dice, no refleja lo que los estadounidenses pensamos de México». Los organizadores del evento le regalaron una caja originaria del estado de Guerrero y ofrecieron un brindis de vino para todos los asistentes.